La silicona se emplea principalmente para reparar grietas, unir materiales o sellar juntas. Sus propiedades permiten garantizar la estanqueidad en acristalamientos, pero también evitar la filtración de agua, aire, olores y suciedad. Es un material especialmente útil en superficies húmedas, tanto en suelos como en paredes, ya que además limita la aparición de moho.

En cocinas, es muy empleada para sellar el fregadero o la encimera. En el cuarto de baño responde perfectamente en los bordes de los sanitarios: lavabo, inodoro, plato de ducha o bañera. Por otro lado, en las juntas de azulejos y baldosas consigue una unión duradera, hermética y elástica. Aguanta bien los posibles movimientos de contracción y dilatación. Lo que se debe cuidar es su mantenimiento. Aunque no es habitual que ennegrezca, se puede deteriorar o ensuciar con el paso del tiempo. En este caso, hay que eliminar las juntas antiguas, para que no se filtre agua por ellas, y hacer una junta nueva.

Evitará que se produzca moho en los lugares donde haya sido aplicada. Permanece siempre elástica y no se agrieta con el paso del tiempo